Desde Nuevo encuentro Azul, compartimos la declaración de la mesa
nacional del partido, reafirmando la necesidad de la unidad del campo
nacional y popular.
Además hacemos el llamado a todos los sectores
populares azuleños a ir en el mismo sentido para poder derrotar las
políticas de ajuste y de hambre que desarrolla Cambiemos, ya sea desde
el ejecutivo nacional, desde la provincia, como tambien desde la
intendencia de Azul.
UNIDAD DEL PUEBLO PARA DERROTAR
AL NEOLIBERALISMO
En estos tres años al frente del Estado nacional, la Alianza
Cambiemos embistió fuertemente sobre los derechos sociales, económicos,
laborales, políticos, civiles y culturales de la inmensa mayoría de los
argentinos y argentinas, generando un retroceso enorme para el país y un
profundo deterioro en la calidad de vida de sus habitantes; en especial de los
sectores populares y las capas medias, que sufren el endeudamiento, la caída de
la producción, el aumentos de bienes y servicios, el derrumbe del consumo y la
destrucción del empleo.
Las elites representadas por Macri vinieron a poner en
marcha un cambio profundo en la matriz productiva y distributiva para consagrar
la desigualdad.
A la par del desastre económico generado por el Gobierno que
encabeza el empresario Mauricio Macri, Argentina padece una creciente
degradación de su calidad institucional, sometiendo a la Democracia a un
debilitamiento inédito desde su recuperación en 1983.
Esa degradación se
expresa en todos los poderes del Estado, y con mayor gravedad en el Poder
Judicial, virtualmente intervenido por Cambiemos y puesto a disposición de la
persecución de los opositores y la impunidad de los oficialistas.
La campaña judicial y comunicacional ejecutada por el
Gobierno contra la oposición se tradujo en un proceso de manipulación y
desinformación social orientado a demonizar al Proyecto Nacional y Popular del
que fuimos y somos militantes y a nuestra líder, referentes, compañeros y
compañeras.
El propósito de tal campaña es cerrar el sistema político entre un
oficialismo saqueador y una “oposición” dócil, domesticada y funcional,
excluyendo al kirchnerismo y a cualquier sector político y social que enfrente
seriamente las políticas neoliberales.
Además, la maquinaria propagandística desplegada por el
Gobierno apunta a instalar la cultura de la resignación, en la búsqueda de que
el Pueblo se convenza de que éste es el único camino y de que no merecía
aquellos derechos y conquistas que se consagraron a lo largo de la historia de
las luchas y las políticas de los gobiernos populares, que fueron recuperados
un pasado reciente. Porque nadie exige ni protesta por lo que cree que no
merece.
La degradación de la Democracia se expresa también en una
creciente violencia institucional, desplegada por las fuerzas del Estado
durante las legítimas protestas o manifestaciones del campo popular; pero
también a través de amenazas, espionajes y aprietes clandestinos.
Buscan
instalar el miedo como variable para desalentar cualquier reclamo por la
pérdida de derechos y contra la implementación del ajuste y el saqueo.
Miedo a
reclamar, a salir a la calle; miedo a militar y participar; miedo a ser
perseguido por opinar distinto; miedo a perder el empleo si no se acepta perder
poder adquisitivo en el salario.
No obstante, estos tres años de reinstalación del modelo
neoliberal estuvieron signados por una intensa resistencia popular, expresada
en numerosos conflictos y movilizaciones tanto masivas como puntuales a lo
largo y ancho de todo el país.
Fuerzas populares, organizaciones gremiales y
estudiantiles, nuevos colectivos y actores políticos y sociales -como el
movimiento feminista o las multisectoriaes contra los tarifazos- salieron a la
calle en defensa de sus derechos y por la conquista de nuevas demandas, demostrando
que la manipulación mediática, la instalación de la cultura de la resignación o
la implantación del miedo por parte de la derecha no bastan ni bastarán para
consagrar la desigualdad.
No es casual esa emergencia de diversos colectivos
políticos y sociales: su compromiso y protagonismo en este presente están
potenciados por las políticas inclusivas y el aliento a la participación
popular generados desde el 2003, luego de años de degradación de lo público,
desmovilización y crisis de representatividad.
En ese marco, nuestra militancia está abocada en todo el
país a profundizar, junto al Pueblo y organizaciones sociales, políticas y
gremiales del campo popular, la resistencia a las políticas neoliberales para
impedir que se sigan cercenando derechos.
Asimismo, estamos comprometidos y
comprometidas en avanzar en la unidad de las fuerzas opositoras para construir
una alternativa popular que logre que el 9 de diciembre de 2019 sea el último
día de gobierno de las corporaciones en nuestro país.
Estuvimos, estamos y estaremos del lado de la historia que
transforma la realidad en favor de lxs más débiles, que pelea por redistribuir
anhelando la igualdad, que enfrenta la injusticia de los poderosos sin temer su
furia ni su desprecio, que conjuga su presente y su futuro en plural y que se
reivindica en quienes también lo hicieron a lo largo de la historia.
Levantamos, como siempre lo hicimos, la bandera de la libertad de todos los
presos políticos y sociales y las víctimas de la persecución macrista.
Somos una fuerza del campo nacional, popular, democrático,
feminista y latinoamericanista y militamos nuestra identidad kirchnerista
porque nos define, porque expresa lo que fuimos y lo que somos, pero también lo
que queremos ser.
Estamos convencidas y convencidos de que solo la más amplia
y plural unidad de quienes nos oponemos a las políticas de Macri, la Alianza
Cambiemos y el FMI cumplirá el objetivo urgente de frenar el padecimiento de
los sectores populares, los trabajadores y trabajadoras, la clase media y las pequeñas
y medianas empresas de país.
Y a esa tarea nos damos con absoluto compromiso y
toda la fuerza militante de Nuevo Encuentro.
La unidad de 2019 debe ser hija de la unidad en el 2018; es
decir: vamos en busca de construir una alternativa electoral común con todos
los sectores, organizaciones, referentas y referentes que durante este año nos
estamos encontrando en la calle, en las legislaturas, en cada marcha, en el
Congreso, junto a los sindicatos, en cada manifestación pública y democrática
contra el ajuste de la Alianza Cambiemos y el Fondo Monetario.
Por último, creemos que nuestra compañera Cristina Kirchner
es la mejor candidata a presidenta de la Nación en 2019, no solo porque tiene
el apoyo suficiente para ganar las próximas elecciones; sino también porque es
quien mejor puede garantizar el rumbo transformador del futuro gobierno popular
en Argentina, con la experiencia y la fortaleza suficiente para hacer frente al
difícil desafío de poner de pie un país arrasado por este Gobierno de ricos, saqueadores,
corruptos e inescrupulosos.